12 sept 2007

...de la necesidad de compartir

Treinta y tantos años sin ciclismo se aguantan bastante bien, a pesar de haber tenido en la juventud una muy bonita bicicleta con cinco piñones y dos platos, además de manillar, pedales, cuadro, etc.. Era roja e importada. Hoy en día con esas características seguramente sería “made in china”, pero en aquella época todavía, los chinos solo eran un montón, y si saltaban al unísono desequilibrarían a la Tierra de su eje u órbita (no recuerdo qué). Y no es que haya cambiado esto último en este siglo, solo decir que podrían si quisieran, dispersarnos por nuestra querida Vía Láctea con un par de llamaditas ó sms y listo (iba a poner algo de Mattel – Galletas Campbell pero no). Alguien que conozca el tema (ciclismo) sabrá apreciar mi nivel al comentar que, tras múltiples colisiones y ángulos de casi o no tan casi 180º, no poseo cicatrices que acrediten mi actividad. Hasta acá todo lo que me importó el ciclismo en estos años, pero....

...no recuerdo exactamente que día del 2006 fue, pero eso es lo de menos. Estando con mi suegra de vacaciones (ella) y sin nada para ver (en la tele), el zapping nos llevo a TVE 2 (la 2 para los íntimos, y obviamos cualquier comentario respecto a “intimidad” y programación-de- televisión-de-canal-estatal), decía, que caímos en la 2 y los muy bonitos paisajes franceses. Que bonitos, que parajes, que colores verdes y azules, que gansos todos esos que joden la vista con sus bicis...Era el Tour de Francia. Evidentemente, lo habremos agarrado ya casi en alguno de los finales de etapa y nos quedamos colgados viéndolo. Como cabía esperar no entendimos na´e ´na y nos prometimos firmemente verlo al día siguiente. Eran muchas las preguntas que sobrevolaban en ese instante de reflexión que surge después de cada etapa ó fin de algún evento deportivo, claro que no las mismas que surgen para los que aprecien ese deporte. Mientras algunos apreciados hablarían de como la escapada de algún gregario del aquel equipo no sacó el rédito necesario para que su jefe de filas descontara en la General la diferencia que arrastraba desde la contrarreloj y de como la pájara había mermado las fuerzas del equipo tal al dejarlos con menos efectivos para la escalada del último puerto de primera del día; nosotros, reflexionábamos sobre cosas cómo cuantos días dura ésto?; por qué tantas tablas de clasificación?; es qué no gana uno solo?; qué coños son tantos maillots?...ok, el amarillo es el del primero, eso se sabe, pero cuando se lo ponen, es el mismo para todos?...es el “mismo” que hoy transpira uno y se lo deja todo sucio al que gane mañana?...mucho asco da este tour!... y ahora, pierden en el cambio ese de camisetas las publicidades? (aquí se observa de como nuestros pensamientos se profundizaban en el evento y no nos quedábamos con la superficial imagen del deporte), en fin, miles de preguntas imposibles de responder con tan solo dos horas de ciclismo a cuestas. Internet funcionó como tenía que funcionar en estos caso, de todo pero nada de lo que importa y fue así como con mi suegra (aburridos totalmente) nos dedicamos al ciclismo.-

No viene al tema pero quería dejarlo plasmado en la idea. Intentamos hacer partícipe de este descubrimiento a la-hija-de-mi-suegra-o-sea-mi-compañera, pero no nos dio ni pelota (algo lógico desde todo punto de vista).-


Pasó el Tour, nuestros caminos se separaron (suegra/yo), amigos me ilustraron sobre el tema, comencé a entenderlo, a respetarlo, a quererlo, a amarlo y a dejarme llevar... hasta el día de hoy en el que me dejé llevar al límite de disfrutar del metalenguaje del ciclismo, de esa religión que nos mancomuna a todos los que creemos y adoramos a éste deporte que, nos sorprende hasta con milagros divinos como ganar una contrarreloj por mucha diferencia (que parece que en algunos casos es de días enteros de diferencia...me explico...el divino permite hazañas como... que al momento de una contrarreloj, “tal” ya la había ganado hace día y medio, es decir con por lo menos 36 horas de ventaja con el segundo) ó como... que tal feligrés ya este en el kilómetro 38,200 de un unipersonal maratón hacia Oslo, que como decía haber ganado la etapa con diferencia de siete horas y media sobre el pelotón (milagro divino!... lo de ganar, no por la diferencia) y sentía fuerzas para más, se aventuró en la empresa del maratón y que eligió Oslo para homenajear al supremo y por lo del hielo en la hinchazón de los pies)...hasta aquí llegó mi devoción...lo CREO, lo VIVO, lo HAGO VERBO y CARNE y me lo como todo.-

Y es por ello que me encuentro a 48 horas de ser partícipe de mi primer gran evento ciclístico. Faltaba más decir, que para los que piensen que será mi primer Tour, debo disipar esas cavilaciones por dos motivos definidos, uno, el Tour de Francia ya pasó por este año y dos, no habría presupuesto para ello por más divino que exista. Será mi primer vuelta a España, o sea, La Vuelta a España 2007. La emoción ya me embargó hace tiempo, pero no tanto como para ya disponer de información suficiente para sopesar con antelación esquemas y diagramas que aporten a mi trabajo... es decir...recién hoy me puse a verla, por ello es que me veo obligado a dejar momentáneamente ésta y los invito a mañana, cuando solo falten 24 horas (sin Jack Bauer).-



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